Esta frase es totalmente cierta, y para quien pueda tener dudas este artículo servirá para demostrarlo.
Este está siendo un año de transición tanto personal como del proyecto. Y en este contexto he abandonado el ritmo habitual de trabajo en la finca, esta primavera ha hecho muy mal tiempo y he subido poco a trabajarla. Lo que me ha permitido observar el increíble avance de la naturaleza en recuperar el terreno si no mantienes el esfuerzo.
Aunque en permacultura se trate de cultivar especies plurianuales y perennes que minimicen los trabajos, lo cierto es que sigue habiendo bastante trabajo de mantenimiento. En el clima templado en el que me encuentro la hierba crece con mucha facilidad y gran parte de ese mantenimiento se basa en tenerla a raya. Este año hemos tenido una primavera muy lluviosa que ha provocado un crecimiento aun mas brutal de la hierba y la vegetación, ahogando casi literalmente todo lo que ido poniendo a lo largo de estos años.
Como primer ejemplo ver esta foto, es la entrada de la finca. Al fondo está mi coche. Aquí hay un camino de 3m de ancho, de piedra.
Esta foto está tomada desde el mismo punto en dirección contraria. Estoy sobre el camino pero este no se ve en absoluto.
Aquí veis el aspecto que tiene habitualmente, compararlo al que os acabo de mostrar.
Aquí una foto del huerto mandala – lauburu :
Y aqui el mismo sitio, el huerto está ahí pero es invisible. Aquí hay grandes matas de consuelda, que apenas se ven entre la hierba.
En una foto mas de cerca se aprecian algunas habas y coliflores que suben a flor entre la hierba que lo ahoga todo.
Y por ultimo la entrada a la borda, me recuerda a cuando compramos el terreno hace 10 años, entonces las zarzas llegaban a la misma puerta y era casi imposible entrar.
En otros climas en los que llueve menos quizás es mas fácil mantener la vegetación a raya, pero aquí es una lucha casi constante. Y en cuanto abandonas un poco la situación explota. Hace 6 años también me sucedió, tuve una lesión de rodilla que me impedía trabajar y cuando volví las cosas estaban casi de la misma manera, pero este año está siendo extraordinario, debido a las lluvias tan fuertes de la primavera.
Algo que compruebas también con todo esto es que cualquier cosa que pongas no está tan bien adaptado como las especies locales, y si no hay ese mantenimiento del que hablo estas especies locales crecen mas rápido y recuperan fácilmente el terreno. También pasa con especies mas grandes como los frutales en el bosque comestible. Han brotado avellanos, fresnos y robles entre los frutales. Crecen mas rápido y mas fuerte y están ocupando el espacio, produciendo sombra y reduciendo la producción. Tendría que hacer una gran poda pero me he resistido a hacerlo, he preferido ver como evoluciona el conjunto y eso es lo que sucede, que en poco mas tiempo no parecerá haber nada de lo que pusimos hace ya 9 años.
Cuando me refiero a adaptación y a especies locales me refiero a especies comestibles que ponemos porque deseamos cultivarlas y consumirlas. Siempre demandan un cuidado que lo que crece por si solo no necesita.
Salvo en lugares en los que el daño y la erosión del suelo ha sido muy intenso, podeis ver que la naturaleza vuelve a su sitio en bien poco tiempo. Y estoy convencido de que se pueden regenerar terrenos desérticos con una ayuda por nuestra parte, para que la naturaleza realice su trabajo. Me hubiera encantado vivir en un lugar con un clima mas extremo para haberlo intentado, pero vivo aquí, en este clima, y no he podido abordar ese reto, asi han sido las cosas.
Un saludo,